Detecte el fraude, reduzca el riesgo y, en última instancia, proporcione precios más precisos con el análisis de las redes sociales
La evaluación de las redes sociales ofrece a las compañías de seguros una herramienta poderosa para detectar el fraude, reducir el riesgo y, en última instancia, ofrecer precios más precisos a los consumidores. Al aprovechar los conocimientos de la presencia en línea de las personas, las aseguradoras pueden tomar decisiones informadas que mejoren su eficiencia operativa general, la satisfacción del cliente y la integridad de sus servicios.
El control de las redes sociales se ha convertido en una poderosa herramienta para las compañías de seguros que buscan mejorar sus mecanismos de detección de fraudes y mitigar los riesgos, lo que en última instancia conduce a precios más justos para los consumidores. Al aprovechar la enorme cantidad de datos disponibles públicamente en plataformas como Facebook, Twitter, Instagram y LinkedIn, las aseguradoras pueden obtener información valiosa sobre el estilo de vida, los comportamientos y las actividades de una persona. Esta información, cuando se analiza mediante algoritmos avanzados y técnicas de aprendizaje automático, puede ayudar a identificar posibles señales de alerta y patrones indicativos de reclamaciones fraudulentas o perfiles de mayor riesgo.
Se estima que las reclamaciones de seguro fraudulentas cuestan 48 mil millones de dólares al año, según el FBI.
A través de la evaluación de las redes sociales, las compañías de seguros pueden descubrir discrepancias entre las circunstancias reclamadas por el asegurado y su comportamiento en línea. Por ejemplo, si una persona ha presentado una reclamación por una lesión grave, pero en sus cuentas de redes sociales se descubre que participa activamente en deportes de gran exigencia física, hay dudas sobre la legitimidad de la reclamación. Del mismo modo, si el titular de una póliza publica con frecuencia sobre compras extravagantes y vacaciones lujosas que entran en conflicto con su situación financiera declarada, es posible que se trate de una tergiversación de su situación económica, lo que podría dar lugar a reclamaciones fraudulentas.
Además, la información obtenida de la evaluación de las redes sociales puede contribuir a refinar los modelos de evaluación de riesgos. Al analizar los patrones de comportamiento, los pasatiempos, los hábitos de viaje e incluso las conexiones sociales, las aseguradoras pueden crear un perfil más completo y preciso del perfil de riesgo de una persona. Esto conduce a una estructura de precios más justa y personalizada para los consumidores, en la que los asegurados son evaluados en función de sus comportamientos y estilos de vida reales, en lugar de en categorías demográficas amplias.
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